Delegados sindicales de la Policía Portuaria afirman que la falta de efectivos dificultará la aplicación de la segunda fase de la normativa internacional antiterrorista en el puerto de Palma, que entrará en vigor el próximo mes de julio.
Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre 25 gobiernos de todo el mundo aprobaron un conjunto de medidas de seguridad que incluyeron en el Código de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias, cuya primera fase obligaba a controlar todos los tráficos internacionales de pasajeros -cruceros- y transportes de mercancías de más de 500 toneladas a partir de julio de 2004 .
Estas medidas, que establecen controles de pasajeros y equipajes similares a los aplicados en los aeropuertos mediante «escáner» e inspecciones oculares en los tráficos de mercancías, deberá extenderse a partir de julio de este año a los tráficos de línea regular, una obligación que las fuentes sindicales consideran difícil de asumir dada la «escasez» de la plantilla y los numerosos «puntos» de entrada que existen en el puerto de Palma.
La Policía Portuaria cuenta en estos momentos con una plantilla de unos 70 efectivos en el puerto de Palma que aumenta en doce trabajadores en el mes de mayo y en otros ocho en junio con motivo del inicio de la temporada turística, un número de efectivos que las fuentes sindicales consideran insuficientes.
Vigilancia ocular
En estos momentos la Policía Portuaria realiza controles de los
equipajes y pasajeros de cruceros turísticos, sobre todo los de
base, mientras que los viajeros y maletas de procedentes de
tráficos de línea regular son controlados de forma aleatoria por la
Guardia Civil, «cuando cuentan con efectivos disponibles».
En cuanto a los controles de mercancías, los policías portuarios realizan cada mañana inspecciones oculares aleatorias en diferentes navieras. «Abrimos unos cuantos contenedores de diferentes compañías pero, por ejemplo, nunca abrimos los frigoríficos para no romper la cadena de frío».