La entrada en funcionamiento del nuevo edificio terminal del aeropuerto de Son Sant Joan, en abril de 1997, supuso reconfigurar todos los servicios aeroportuarios, entre ellos el área comercial, que se situó en la planta de salidas, antes del filtro policial. Este hecho, que fue aprobado en su día por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), determinó el desarrollo de esta actividad, afectando a la rentabilidad de las empresas.
Pese a las quejas de los comerciantes, que han visto como se incrementaban los canones de explotación por parte de AENA de forma sucesiva, el crecimiento de todos los servicios comerciales fue lento y mediatizado, hasta que los diferentes directores de Son Sant Joan apostaron por diversificar esta actividad y generalizarla a todo el aeropuerto, tal y como se produjo bajo la etapa de Mariano Menor, que fue el impulsor de poner zonas comerciales en todos los módulos del aeropuerto, para así suplir este deficiente servicio, puesto que la gran zona comercial (Aldeasa y resto de tiendas, así como bares y restaurante, estaban situados antes del control policial.
Criterios de rentabilidad y eficacia han motivado que AENA haya iniciado una campaña de captación de nuevos comercios, creando una marca propia: «Las tiendas del aeropuerto de Palma de Mallorca», para así paliar la baja demanda existente y la cancelación o anulación de alguna concesión por falta de rentabilidad.