ALEX SEPASGSARIAN
La cónsul Karin Köller y el párroco evangélico Klaus-Peter
Weinhold, dos destacados ciudadanos germanos residentes en
Mallorca, calificaron de «un gran honor» que el nuevo Papa, Joseph
Ratzinger, Benedicto XVI, «sea de nacionalidad alemana».
La opinión de Köller y Weinhold resumió la satisfacción general de los residentes alemanes en la Isla por tan destacado hecho.
«Sí, creo que es un honor para nuestro país volver a tener un Papa alemán después de casi 500 años», declaró la cónsul en Mallorca. «Aunque para nosotros sea importante su lugar de nacimiento, lo es mucho más su condición de líder espiritual de millones de católicos en el mundo», subrayó.
La diplomática germana añadió que para todos los residentes en la isla «es algo muy especial» tener un Papa alemán. También, recordó que diez jóvenes alemanes de Mallorca asistirán al Encuentro Internacional de Jóvenes Católicos, que se celebrará entre el 11 y el 21 de agosto en Colonia.
El párroco evangélico alemán en Mallorca, Klaus-Peter Weinhold, por su parte, se mostró «muy sorprendido» de que los cardenales hubiesen elegido en el cónclave a un Papa alemán.
Antes de la elección de Ratzinger, apostaba por un jefe de la Iglesia católica italiano, o en otro caso, hispanohablante.
Asimismo, expresó su confianza de que, aparte de ser un pensador y teólogo extraordinario, Benedicto XVI «se mostrará un buen padre espiritual y pastor de almas».
Según Weinhold, «los jóvenes tienen mucha esperanza depositada en el nuevo Papa. Ante los retos mundiales -hambre, guerras, injusticia- se valora al Papa como la instancia moral en el mundo».
Ratzinger, nacido en la bávara Marktl, en la diócesis de Passau, procede de una familia tradicional de campesinos.