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Espinosa no quiere que Balears retenga las cuotas lácteas abandonadas

La leche que se deje de producir en las Islas pasará a la Reserva Nacional, pero la ministra se compromete a compensar la insularidad en la redistribución

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La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, descartó ayer, con un «no será posible», que las cuotas lácteas abandonadas en Balears puedan quedarse en la Islas para ser asumidas por otras ganaderías de nuestra comunidad. Espinosa hizo esta declaración en Palma tras la reunión de ayer de las conferencias sectoriales de agricultura y pesca (que tienen una periodicidad mensual) en la capital balear, respondiendo a una invitación de la consellera Margalida Moner. En las conferencias sectoriales participan la ministra y su equipo técnico, y todos los consejeros autonómicos del sector primario. Una de las cuestiones importantes tratadas en la sectorial de agricultura fue la referida al futuro plan de reestructuración del sector lácteo. Con este plan, el Ministerio reunirá todas las cuotas lácteas (producción de leche asignada a cada ganadero) abandonadas en la Reserva Nacional, que se encargará de gestionar su posterior distribución entre las explotaciones que las soliciten. Hasta ahora existía la posibilidad de un mercado libre, es decir, que un ganadero venda su cuota láctea a otro por su cuenta, sin intervención de la Reserva Nacional. Espinosa fue tajante con el mercado libre: «Ha desaparecido». Todas las cuotas abandonadas pasarán, a partir de ahora, a la Reserva Nacional.

La Conselleria d'Agricultura había solicitado que, dada la peculiaridad insular de Balears, las cuotas lácteas abandonadas en la Islas no pasasen durante cinco años a la Reserva Nacional y fueran redistribuidas entre ganaderos de nuestra comunidad, con la intención de que este volumen de producción de leche no acabe en explotaciones de la Península. «No será posible», respondió la ministra cuando se le preguntó por esta petición. Sin embargo, Espinosa se comprometió a que Balears se vea de algún modo compensada en función de su insularidad, de tal manera que ésta podría ser motivo de preferencia a la hora de redistribuir cuota láctea abandonada a nivel estatal. La consellera Margalida Moner lamentó que no se haya atendido la solicitud de una «moratoria balear» de cinco años de duración para que las cuotas lácteas abandonadas en la Isla no pasen a la Reserva Nacional, pero expresó su satisfacción por el hecho de que la ministra se haya mostrado sensible en la atención a la insularidad.

La Conselleria ha podido evitar que las cuotas lácteas abandonadas durante el último año en Balears hayan pasado a la Reserva Nacional y para ello las ha comprado todas, tal como adelantó Ultima Horael pasado sábado, desembolsando para ello 2,5 millones de euros por 3 millones de kilos de leche correspondientes a una treintena de ganaderos que han decidido dejar de producir. Sin embargo, esta actuación ya no será posible con el nuevo plan de reestructuración del sector lácteo, pendiente todavía de aprobación, pues toda las cuotas abandonadas pasarán directamente a la Reserva Nacional, sin posibilidad de otras operaciones de compra-venta. Elena Espinosa justificó estas medidas en un intento de «dar mayor transparencia al mercado de cuotas lácteas, hasta ahora bastante opaco. El precio de las cuotas había alcanzado unos niveles muy altos e intentamos que se rebaje hasta valores asequibles para las explotaciones que realmente las necesiten. En el conjunto de la Unión Europea, las explotaciones ganaderas presentan una cierta uniformidad, pero en España conviven las que son muy grandes y las que son muy pequeñas. Creemos que estas medidas garantizan la viabilidad de unas y otras a largo plazo».

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