MANUEL SANTOLARIA/R.S.
Rainiero de Mónaco se casó con Grace Kelly el 19 de abril de 1956.
Dos días después, su puerto de llegada en luna de miel fue Palma de
Mallorca. Esto lo podemos constatar hoy, tras los años
transcurridos, recordando que el señor De Senmenat, conde de Ribas
entonces cónsul del Principado de Mónaco en nuestra ciudad, nos
llamó para comunicarnos que Rainiero y Patricia Gracia de Mónaco
habían anclado en nuestro puerto y nos iba a facilitar una
entrevista en exclusiva a bordo del yate real «Deo Juvante II». No
obstante se nos puso una objeción: que no llevásemos ningún
fotógrafo. Eso, por supuesto, nos obligó a manifestar al cónsul que
sin fotografía la entrevista carecería de valor; podría pensar el
lector que era algo amañado. No obstante le prometimos que no
habría cámara espectacular, sino, simplemente, una breve fotografía
como documento del acto. El hombre accedió un poco a regañadientes
y cuando estuvimos a bordo, en la cubierta del yate, bajo la
toldilla, con Rainiero y Grace, que tenía en brazos un caniche, el
cónsul le explicó la conveniencia de que se dejasen fotografiar
para dar mayor valor gráfico a la entrevista. El Príncipe accedió y
nuestro compañero Juanito Caubet, se sacó del bolsillo una
maquinita diminuta e hizo la foto que ilustra esta noticia.
De aquella charla mantenida bajo un buen sol mallorquín, Rainiero respondió sonriendo a nuestra pregunta sobre la boda; «en el acto de nuestra boda había mil ochocientos periodistas. Esa familia de ustedes es muy numerosa». Le insinuamos si se sentía feliz de haber arribado a Palma y respondió: «el haberla elegido como primer punto de nuestro viaje ya dice de mis simpatías por la Isla. Además todos se han mostrado muy amables con nosotros».