A las seis y media de la mañana de ayer salieron de Son Sant Joan
los expedicionarios del Everest. José María Àlvarez «Jopela», Juan
Antonio Olivieri «Oli», Tolo Quetglas, Tomeu Calafat y Joan Carles
Palos, periodista deDiari de Balears y enviado especial del Grup
Serra.
Los cuatro primeros intentarán alcanzar la cima más alta del mundo,
colocando en ella la bandera de Mallorca, mientras que éste último,
desde el campamento base, enviará diariamente una crónica en la que
informará sobre la ascensión. Para ello lleva teléfono vía satélite
y un portátil, aunque en el campamento base hay un cibercafé.
Acudieron a despedirles Francesc Xavier Buils, conseller executiu de Presidència del Consell de Mallorca (CIM); Josep Bestard, director insular d'Informació Turística del CIM; Josep Lliteres, director insular de Relacions Institucionals del CIM; Vicenç Serra, subdirector general de Sa Nostra; Martí Terrassa i Ferragut, representante de Sa Nostra y María Magdalena Frau, representante de GESA. A título particular acudieron María José Frau, edil de Cort, y su padre, Paco Frau, amigos de Tolo Quetglas, uno de los expedicionarios. Antes de subir al avión se hicieron las correspondientes fotos. En la, digamos, oficial con los políticos y representantes de las entidades que esponsorizan esta aventura, Buils, muy gentilmente, invitó a María José a que se sumara al grupo. Luego, en la pista, y antes de despegar, se hicieron otra con la tripulación, quien les deseó que alcanzarán la cima.
Ni que decir tiene que los expedicionarios marcharon muy ilusionados y con la esperanza de alcanzar la cima. Sólo el mal tiempo u otra circunstancia imprevista podría malograr el intento, puesto que en condiciones normales, y a pesar de las bajas temperaturas que reinarán, están convencidos de que van a coronar la cumbre. Según nos explicaron, el viaje hasta el campamento base es largo. En él probablemente coincidirán con Tom Cruise, patrocinador de otra expedición que intentará lo que ellos. Hasta llegar a Nepal, tardarán entre dos o tres días. En Kathmandú deberán de permanecer otros tantos para arreglar papeles, comprar el oxígeno y contratar al personal, unas 40 personas -tal vez algunas másentre sherpas y porteadores. Además tendrán que organizar y distribuir el material que llevan, que es bastante, y en el que hay una importante previsión de galletas Quelly. De Kathmandú a Lukla viajarán en avioneta, y desde ahí deberán de llegar hasta el campamento base, Khumbu, que está a unos 5.400 metros de altura, «que viene a ser -explicó Palos-, como si es Coll de Sa Batalla fuera el campamento base y Massanella la punta del Everets, por supuesto, salvando las distancias». Una vez en el campamento base, «Jopela», «Oli», Quetglas y Calafat se pondrán manos a la obra, es decir, comenzarán lo que se podría denominar el segundo tramo de la prueba, o dicho de otro modo, se pondrán a escalar ya en serio. Si no hay ninguna contrariedad, está previsto que los cuatro mallorquines coloquen la bandera de Mallorca en la cumbre más alta del mundo a finales de mayo, allá por el 25. Si no lo consiguen por esas fechas, deberán de desistir, ya que tienen el billete de regreso para el 10 de junio.
Pedro Prieto