Vecinos del barrio del Camp Redó acogen con bastante escepticismo la noticia del futuro derribo de las viviendas de «Corea», aunque la mayoría se muestra esperanzado ante la propuesta de mejora urbana y social del Ajuntament.
«Hace 20 años que nos vienen diciendo lo mismo y nunca se hace», comentó María Luisa Perales. Ella vive en una de las conocidas viviendas de «Corea» y se ha pasado en el barrio toda la vida: «Tengo 57 años y vivo aquí desde los ocho». María Luisa afirma que cobra una pensión de apenas 360 euros (60.000 pesetas) y se pregunta «¿cómo lo va a plantear Cort? ¿qué van a hacer? Nos van a dar una casa nueva sin pagar nada a cambio o por baja que sea nos van a pedir una hipoteca. En este caso yo, desde luego, no tengo nada que hacer porque con mi pensión es imposible pagar niguna cantidad por baja que sea».
María Luisa sabe que mucha gente mayor que ocupa estas viviendas se encontrará con el mismo problema. De manera que «si la propuesta de Cort es el cambio por el cambio desde luego que estoy completamente a favor de que derrumben las casas y que nos de unas nuevas. Ahora bien, mi opinión es que es una estrategia para quitarse a la gente problemática de encima y al final podemos pagar justos por pecadores».
Francisca vive en el barrio desde hace 60 años, además regenta un comercio que en numerosas ocasiones ha sido objeto de robos. «Hace tiempo que las deberían haber tirado, aunque me da miedo decirlo porque hay gente que no está interesada en que el proyecto salga adelante. Aquí muchos tienen el 'chiringuito' montado. Sabemos que se mueve droga y prostitución, también lo sabe la policía aunque haga la vista gorda. A mí me han robado el coche en dos ocasiones. Una de ellas, encontraron el vehículo en Son Banya completamente destrozado como si se lo hubieran cargado con un hacha».Francisca afirma que años atrás «los que vinimos a vivir aquí éramos pobres, sólo pobres; desde luego no se veía la porquería que hay ahora». Francisca no entiende por qué los vecinos no se rebelan ante una situación que ha ido degradando con los años más y más. «Tenemos que organizarnos y plantarles cara. Fíjate que a una empleada (de un conocido supermercado) le dieron una paliza monumental sólo por haber llamado la atención a un joven».
Lógicamente Francisca no quiere fotografiarse ni tan siquiera dar su apellido, como la mayoría. «Corea» es un barrio «demasiado peligroso, aquí está lo peor de Mallorca», afirmó.
Estefanía hace tan sólo ocho años que vive en el Camp Redó y piensa que las viviendas de Corea «se deberían derribar y algunos de sus inquilinos no deberían vivir en el barrio. Hay muy mal ambiente. Por cada familia normal que encuentras, treinta son de lo peor».