CARLES DOMENEC/J.M
El president del Govern, Jaume Matas, aprovechó ayer una
conferencia en Tribuna Barcelona para desvelar cómo se concretará
la reserva para inversiones en Balears (RIB), la figura tributaria
que pretende incentivar a los empresarios para que reinviertan sus
beneficios en las Islas. Matas, quien concretó su propuesta ante
una nutrida representación de empresarios catalanes, explicó que el
RIB se calculará «como resultado de descontar el beneficio contable
bruto de cada ejercicio, la reserva legal y los dividendos para
distribuir». «En una palabra: se trata de una iniciativa que diseña
un esquema de tratamiento específico del impuesto de sociedades y
que constituye un instrumento muy potente para la consecución de
objetivos que se ven obstaculizados por nuestra condición insular»,
reivindicó Matas ante una nutrida representación de empresarios
catalanes. Para el president, esta propuesta fiscal pretende
«reforzar la capitalización empresarial, incentivar el desarrollo y
la consolidación de sectores económicos de alto valor añadido que,
por culpa de la insularidad, tienen dificultades para desarrollarse
en la Islas o, lo que es más grave, emigran a otras tierras más
propicias».
Matas insistió en Barcelona en la necesidad de regular una cuota de insularidad para que el resto de comunidades sean solidarias con Balears, y detalló que la reserva de inversiones sería una buena opción para competir con otras regiones. Esta reserva de inversiones se incluiría en el nuevo Régimen Especial de Balears, anunciado por Matas durante el debate de política autonómica. Matas apuntó que su Govern consiguió 60.000 millones de pesetas para ejecutar inversiones, y añadió: «aunque les pueda parecer inaudito, este dinero aprobado por el Consejo de Ministros es el que ahora nos niegan». Pero la conferencia de Matas también incluía varias reivindicaciones históricopolíticas. Por ejemplo, el president del Govern cuestionó que algunas comunidades tengan el calificativo de «autonomías históricas» porque, según dijo, «es un insulto a los que tenemos tanta historia o más». Además, Matas aprovechó para plantear la nueva realidad social de Catalunya y Balears con la llegada de inmigrantes, subrayó el hecho de que algunas empresas catalanas estén implantadas ya en todo el territorio nacional, y preguntó: «¿cuántos "nuevos catalanes" forman parte de la demografia de Catalunya?¿El 40%, el 50%, el 55%?».
Para Matas, la nueva realidad de España va más allá de «mitos acabados de inventar, de historias reescritas o de discursos políticos». «¿Y Madrid? Dejemos de contemplar Madrid en términos de partido de fútbol entre el Barça y el Real Madrid. Madrid no existe, es una metáfora cómoda para el pim-pam-pum». En este mismo contexto, Matas recalcó que Balears es una comunidad autónoma que «fue un reino independiente, que nunca dependió, hasta la unión de los Reyes Católicos, de nadie, ni de Aragón, ni de Catalunya ni de Valencia».