M.G./N.D./J.M.A./P.C.
Las instituciones y los organismos oficiales se sumaron a los cinco
minutos de silencio en recuerdo de las víctimas del 11-M, pero
también la gente de la calle, los ciudadanos corrientes que siguen
sintiendo como propio el dolor de las víctimas un año después. Toda
Balears enmudeció ayer de dolor y en solidaridad con las víctimas.
Cinco minutos para reflexionar sobre la barbarie terrorista, en las
instituciones, pero también en los puestos de trabajo, en los
bares, en los comercios... El Govern inició su sesión del Consell
de Govern con un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas
y a las 12 del mediodía se concentró, con funcionarios y
periodistas, ante la puerta principal del Consolat de la Mar. Antes
de empezar la habitual rueda de prensa de los viernes, el portavoz
del Govern, Joan Flaquer, leyó una declaración institucional en la
que aseguró que los ciudadanos no quieren olvidar sino «mantener
vivo el recuerdo de las víctimas». «Queremos que los que sufrieron
las consecuencias de aquella monstruosidad sepan que no están
solos, que trabajamos todos para que los instrumentos que nos
proporciona el Estado de derecho eviten que se vuelva a producir un
11-M», dijo Flaquer.
La concentración más numerosa de todas las que se celebraron en la capital tuvo lugar en la Plaça de Cort. Cerca de 300 ciudadanos, incluido un numeroso grupo de escolares, quisieron acompañar a los principales responsables del Ajuntament y del Consell, encabezados por la alcaldesa, Catalina Cirer, y la presidenta Maria Antònia Munar. El silencio se impuso en toda la calle Palau Reial y llegó hasta la sede del Parlament, donde el president de la Cámara, Pere Rotger, portavoces de los grupos políticos y funcionarios del legislativo balear se sumaron a la muestra de dolor y solidaridad. Muy cerca de allí, en la Delegación del Gobierno, el delegado, Ramon Socias, encabezaba el grupo de personas concentradas a las puertas del edificio. Cinco minutos para pensar en las víctimas.
No sólo los estamentos políticos se sumaron al dolor por los ausentes. El sector educativo de las Islas también paró cinco minutos. En la campus universitario el silencio se extendió por todos los edificios, pero fue en el Rectorado donde se concentró el rector, Avel.lí Blasco, quien prefirió no hacer un discurso en solidaridad con las víctimas, aunque sí mostró el dolor por la barbarie del atentado. Y el poder judicial también se sumó. En los Juzgados de Palma, los funcionarios pararon a las 12 para permanecer cinco minutos sin palabras, igual que en el Tribunal Superior de Justicia donde el fiscal jefe, Pere Barceló, presidió el acto ya que el president del TSJB, Antoni Terrassa, no pudo acudir porque se encontraba en Manacor. Trabajadores y familiares de enfermos de los centros hospitalarios, como el de Son Dureta, se sumaron al respetuoso silencio cargado de emoción. Tal vez ellos, por comparación o por identificación, comprendan con más intensidad el dolor de los miles de heridos que provocaron los brutales atentados.