La testigo argentina Gabriela Palau creó la base de datos del Centro Balear de Santa Fe y cobró cantidades «simbólicas» por esa tarea, y también por ayudar a sus compatriotas a rellenar los formularios e impresos relacionados con las inscripciones en el censo de Formentera, en la Seguridad Social y peticiones de pasaportes, según admitió ante la comisión judicial de Balears que investiga el «caso Formentera».
«Ayudé a mucha gente a rellenar los impresos, y realicé labores de informática con la búsqueda de apellidos con ascendencia balear, y sí, es cierto que cobré por ello», le dijo al juez instructor, Antoni Monserrat, cuando éste le enseñó la copia de unos recibos aportados a la causa por varios testigos. Y matizó: «Pero, el Centro Balear no intervino para nada en la orientación del voto de sus socios. Cada uno de ellos fue libre para elegir la opción política que querían».
En la última jornada de interrogatorios a testigos de Santa Fe -la comisión judicial se traslada hoy a Rosario- también declaró Graciela Riera Albornoz, quien admitió que ella había rellenado los formularios de inscripción en el censo de Formentera de todos sus hermanos. «Soy maestra y tengo más facilidad que ellos para cumplimentar los impresos. La mayoría de mis hermanos no tiene formación académica y son gente humilde. No obstante, ellos firmaron los formularios y votaron libremente por la opción elegida por ellos», señaló.