Los fieles incondicionales de Sant Blai, abogado contra las enfermedades de garganta, perpetuaron ayer la tradición llevando a bendecir los alimentos -pastillas, caramelos y regaliz- y recibir el óleo del obispo armenio.
Un año más se contaron por cientos los fieles que acudieron a la parroquia de Santa Eulàlia donde el padre Francisco Cobo estuvo casi todo el día imponiendo por grupos el óleo bendito de Sant Blai, pero fue durante la tarde cuando se notó más presencia de niños acompañados de sus familiares. En este templo se situó, junto al retablo de Sant Blai que existe en la entrada, su imagen y también estampas para recuerdo de los fieles.
Entre las parroquias del centro de Palma que también conservan esta tradición está la de Sant Nicolau, a la que también acudieron muchos fieles. El párroco Felip Guasp impuso el óleo y bendijo los alimentos una vez finalizaron la misa de la mañana y las dos que se celebraron por la tarde.
Sant Blai fue obispo de Sabaste (Armenia). Se le conoce por el episodio que protagonizó una mujer que le presentó a su hijo moribundo sofocado por una espina de pescado que se le había atravesado en la garganta y éste lo curó.
Amalia Estabén