La mayor parte de las personas encuestadas por este diario han aprobado con notable la reforma realizada en la plaza del Institut Balear, conocida como plaza del tubo. Presupuestada en dos millones de euros fue reinaugurada el pasado miércoles por la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer. Mantener su estilo y salvaguardar algunos de sus elementos originales ha sido el aspecto mejor valorado.
No obstante, muchos confuden el sistema de ventilación forzada, cubierto de madera, con extrañas obras de arte. Asimismo, la colocación del sistema de ventilación natural (rejillas a ras de suelo) del aparcamiento subterráneo cerca del banco de media luna, entre otros lugares, ocasiona quejas por la facilidad con la que se cuelan los objetos pequeños. La colocación de los bancos, a veces descrita como «desordenada» así como la instalación de piezas individuales, ha llamado poderosamente la atención.
En la parte más positiva se ha celebrado la vuelta del tubo, protagonista de la plaza, y la reconstrucción del banco en forma de media luna situado a la entrada del Institut Ramon Llull. En cuanto a la vuelta de la escultura de Pedro Pavía «los dos amantes», de momento parece que Cort la mantendrá en el Passeig Mallorca.