La sala de congresos del Melià Victoria presentó un lleno total (550 plazas) cuando el presidente del Projecte Home, Bartolomé Català, intervino en la sesión de apertura. Català fue claro al respecto: «No diagnosticar y tratar la dislexia a tiempo supone muchas veces fracaso escolar y baja autoestima, ambos factores de riesgo importantes para futuras adicciones».
Català reseñó la importancia de conocer los procesos que subyacen a la dislexia para conocer más sobre el ser humano y descubrir el gran potencial que hay en estos niños y adultos, a veces sin diagnosticar. El presidente de Projecte Home reclamó apoyo social y familiar.
A su vez, Araceli Salas, presidenta de la asociación Dislexia y Familia, Disfam, organizadora del encuentro, reclamó la creación de unidades educativas especiales en los colegios, así como unidades de diagnóstico en las cuales se fomente el tratamiento multidisciplinar: «El 99 por ciento de los niños que padece dislexia sufre problemas emocionales que abarcan fobia social, ansiedad o dolores de cabeza. Son niños que se sienten inseguros, incomprendidos e incapaces de entender qué les pasa».
El I Congreso Nacional de Dislexia ha contado con la participación de las asociaciones de dislexia de Catalunya y Madrid además de especialistas como el británico David McLoughlin, procedente de uno de los países más avanzados en el reconocimiento y tratamiento específico de esta patología crónica.
Cabe recordar que cada persona es diferente y que no existen dos disléxicos iguales. La dislexia afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de la población escolar. Asimismo, es necesario que los afectados tengan un método didáctico adaptado. Algunos síntomas de la dislexia son en lectura: confundir letras, cambiar sílabas y sustituir unas palabras por otras. Escritura y la ortografía: hacer inversiones, omisiones o adiciones de letras y palabras. Coordinación psicomotriz: puede ser ambidiestro y con frecuencia confundir izquierda y derecha, arriba y abajo. Matemáticas: el niño se apoya visualmente en los cálculos (por ejemplo con los dedos) para mantener lo que su memoria a corto plazo no le permite recordar mentalmente, se defiende con las operaciones aritméticas pero le cuesta entender los problemas. Tiempo: dificultades para manejar el reloj, controlar el tiempo y entender tareas secuenciales. Lenguaje: frases entrecortadas, oraciones incompletas, tartamudeo. Personalidad: desordenado o excesivamente ordenado, cambios bruscos de humor, intuitivo, creativo, curioso.