Carlos e Inma son una pareja de recién casados que recordarán muy especialmente el día de su boda cada vez que alguien les pregunte cómo se retrataron en lo más alto de la torre de un molino de viento. Y es que esa fotografía requirió un montón de paciencia y provocó una gran expectación entre quienes circulaban por la carretera de Manacor, a la altura de Son Llàtzer, dos sábados atrás. Los conductores se paraban para ver cómo una grúa de 35 metros de altura sostenía en el aire al fotógrafo Guillem Ginard y a su asistente, mientras los novios posaban junto a las aspas de un antiguo molino de viento, de los muchos que integran el paisaje del Pla de Sant Jordi palmesano. El fotógrafo Guillem Ginard es especialista en fotografía publicitaria y de moda, pero en cuanto sus clientes acceden, traslada a los reportajes de bodas los escenarios propios de la publicidad.
Así, para lograr esa foto espectacular se montó un amplio despliegue con dos grúas, una a cada lado del molino, para captarlo iluminado por el sol y también a contraluz. Para ello se necesitaron un fotógrafo, tres asistentes, dos operarios de grúa y, por supuesto, unos intrépidos novios que aguantaron estoicamente el vértigo, el viento y el frescor durante tres horas.
Lola Olmo