El hospital de Son Dureta conmemoró ayer el Día del Ictus, una enfermedad que en el año 2002 provocó en Balears la muerte de 675 personas y otras 600 quedaron incapacitadas. El ictus es lo que se conoce como un infarto cerebral y los médicos calculan que cada año casi 2.000 personas pueden sufrir esta dolencia. Son Dureta cuenta con una unidad especial para esta enfermedad, que provoca más muertes que el infarto de miocardio, y es uno de los doce hospitales españoles que tiene autorización para realizar el tratamiento fibrinolítico, que consiste en disolver el coágulo de sangre en el cerebro. Esta jornada fue presentada por el gerente del hospital, Carles Ricci, en compañía del jefe de Neurología, Bernat Sureda, y de la doctora María del Carmen Jiménez.
Los médicos explicaron que, pese a que el ictus se produce de repente, existen causas de riesgo. Suelen sufrir infartos las personas que padecen dolencias como hipertensión arterial, arritmias cardíacas, diabetes, colesterol alto o son fumadoras, por lo que los médicos abogan por la prevención. Los especialistas explicaron que el factor tiempo es fundamental cuando un enfermo sufre el infarto cerebral. El tratamiento fibrinolítico, con el que se logran grandes resultados de mejora del paciente, sólo puede administrarse si han pasado menos de tres horas desde el infarto.