Ometepe es la mayor de las islas del lago de Nicaragua. Según sus primeros pobladores, los nahuati, Ometepe significa isla de dos cerros, en este caso volcanes, el Concepción, el más alto, que entra a veces en erupción, aunque no alarma en gran manera a la población, y el Arenas, el menor, cuyo cráter está lleno de agua.
Con una extensión de 276 kilómetros cuadrados y una población de unos 45.000 habitantes que se distribuyen en dos municipios (con sus correspondientes comunidades) Moyogalpa y Altagracia, Ometepe tiene una única entrada desde tierra firme: el ferry, que recorre la distancia de 17 kilómetros que lo separa del puerto de San Jorge en una hora. Por lo demás, pese a su incómoda red de carreteras, es una isla hermosa, dotada de pequeñas pero bellas playas, de rica y exhuberante fauna, entre la que destacan los monos que se han instalado en las partes más altas de ambos volcanes, y flora.
Cuenta con un importante legado de pinturas rupestres, llamadas allí petroglifos y, aunque pocos, tiene algunos hoteles y albergues en los que se hospeda más bien turismo de tipo mochilero. También tienen un río. Sus habitantes, que se vanaglorian de que en la isla no se producen robos ni hay crímenes, son hospitalarios y se dedican a la agricultura, a la ganadería y ahora pretenden abrirse paso en el turismo a través del denominado turismo sostenible. Por tal motivo, la delegación mallorquina del Fons viajó hasta allí ya que, apadrinado por el Consell de Mallorca, tiene dos proyectos en marcha, más un tercero al que se podría sumar la UIB, concretamente su Escola de Turisme.
Pedro Prieto (Nicaragua)