Pere Ramis, Héctor Picó, Sebastià Martorell, Jordi Garrido, Juan Sánchez, Arturo Ales, Óscar Barceló y Miguel Amengual son los ocho alumnos que participan en la Escola Taller Galatzó, cuya especialidad es emarge. Con distintas motivaciones pero con una misma aspiración, estos jóvenes se apuntaron al taller para descubrir el difícil, laborioso y tradicional mundo de la piedra para dedicarse a él en un futuro. «Quería realizar el trabajo de marger y en cuanto me enteré, me apunté», explica Héctor.
Este programa, que se lleva a cabo en Puigpunyent, cofinanciado por la Conselleria de Treball i Formació y el Fons Social Europeu, gestionado por el SOIB y promocionado por el Ajuntament de Puigpunynent, se dirige a jóvenes desempleados que carecen de una preparación profesional adecuada y están inscritos en las oficinas de empleo.
Los objetivos son formar jóvenes en el oficio de marger, dada la alta demanda de este perfil en Puigpunyent y el gran patrimonio de marges y otras construcciones en piedra en este municipio; apoyar la integración y la inserción profesional de jóvenes desocupados; mejorar la imagen social de determinadas personas a través de un proyecto de repercusión comunitaria y realizar mejoras de interés general en el pueblo, a través de la rehabilitación del torrente de sa Vinya y la construcción de un marge en ses Veles, tal y como comenta la coordinadora y pedágoga Teresa Bestard.
Jordi Garrido, uno de los alumnos, asegura que la experiencia «ha sido muy positiva. Destacaría la constancia y la paciencia que hemos adquirido». Según su profesor Marc Cano, «el nivel ha sido muy bueno. Nosotros los hemos iniciado en el mundo de la piedra y después ellos tienen que aprender a salir del paso». El taller, que comenzó hace dos años, finaliza el 13 de este mes.
Samantha Coquillat
Foto: Jaume Morey