El procedimiento es el siguiente. En base a los planes directores y a sus declaraciones de impacto ambiental, AENA debe elaborar un «mapa de ruido» incluyendo las zonas habitadas que quedan afectadas por el tránsito de aviones en los aeropuertos. Ese «mapa de ruido» es remitido al ayuntamiento implicado para que éste haga un listado de las viviendas incluidas en los ámbitos de contaminación acústica causada por las instalaciones aeroportuarias, adjuntando los datos censales. Entonces, AENA se dirige por carta a los vecinos afectados para informarles de que tienen derecho a presentar un proyecto de insonorización de vivienda que, siguiendo una determinada tramitación, el ente público financiará.
AENA ya ha elaborado «mapas de ruido» de Son Sant Joan en base a previsiones de futuro, pero no los ha hecho respecto a la situación actual, que son los que cuentan.
Tomeu Rosselló, portavoz de la associació de Veïnats del Coll den Rabassa, explica que «la tramitación es extraordinariamente compleja para llevarla a cabo individualmente: solicitud, proyecto arquitectónico de insonorización, licencia municipal, negociar el proyecto con AENA y contratar una constructora. Hasta que AENA no certifica el proyecto, no paga.
En estas condiciones, muy pocos se animarían a iniciar un papeleo semejante. Por ello, las asociaciones de vecinos del Coll den Rabassa, can Pastilla, Casablanca y Sant Jordi lo vamos a hacer de manera colectiva. Una empresa privada, Volconsa, va a abrir una oficina en el Coll den Rabassa y ella se encargará de todas las tramitaciones y de las obras sin que los vecinos paguen nada. Una vez realizados los trabajos, debidamente certificados por AENA, los facturará al ente estatal. Dentro de un mes vamos a iniciar asambleas de vecinos para informarles de todo este procedimiento. En Madrid ya se está aplicando y en Málaga y en Alicante ya se ha puesto en marcha».