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Flores para la Pilarica

La misa baturra batió un nuevo récord de asistencia de público

Las reinas mayor e infantil de esta edición, María José Sales Serra y Marina Marzo, junto a la presidenta del centro, Maribel Ascaso; Encarna Pastor, la concejala María José Frau, Alfred Miralles y niños y jóvenes socios del Centro Aragonés posaron para el recuerdo junto a la imagen de la Virgen.

Los aragoneses residentes en la Isla y los socios del Centro Aragonés celebraron con aires de solemnidad la fiesta de su patrona, la Virgen del Pilar. La misa organizada por dicho centro en la parroquia de Sant Sebastià registró un nuevo récord de asistentes, que abarrotaron el templo. Entre los asistentes destacó la presencia de las reinas mayor e infantil María José Sales y Marina Marzo, y la dama de la Virgen, Aurelia Azagra. También asistió la concejala María José Frau y la presidenta de la Federación de Casas Regionales, Encarna Pastor, acompañadas por la presidenta del Centro Aragonés, Maribel Ascaso.

El acto religioso, presidido por la imagen de la Virgen del Pilar, se inició con la ofrenda floral, que resultó muy participativa. Durante la entrega de ramos y centros florales se pudo admirar la belleza y variedad de los trajes regionales aragoneses que lucieron damas, jóvenes y niños de corta edad. El rector Alfred Miralles presidió la misa, y haciendo gala de buen seny ofreció una breve pero sentida homilía habida cuenta de la gran cantidad de gente que seguía la misa de pie.

Miralles destacó algunos de los valores que caracterizan a los aragoneses, como son la justicia, la perseverancia y su fervor mariano. El Cuadro de Jotas del Centro Aragonés fue el encargado de amenizar la misa baturra, cuyas piezas emocionaron a los asistentes. Una de las epístolas fue leída por la joven Elena Rodríguez, que lució un original atuendo típico del Pirineo aragonés de Huesca. Antes del ofertorio, la reina mayor, formando pareja con Anabel Garballo, bailó un fragmento de la «Jota de La Dolores» en el altar mayor. Luego, las dos reinas 2004 del Centro Aragonés ofrendaron, junto a los más pequeños, las frutas típicas de Aragón, y al acabar la misa se entonó la salve propia de la patrona. La fiesta continuó para los socios con una comida de hermandad celebrada en el restaurante Son Termens, que resultó muy concurrida y animada, ya que no faltaron los cantes. El próximo sábado, a partir de las nueve de la noche, el Centro Aragonés tendrá su cena de fin de fiestas y entrega de trofeos del Pilar, además del concurso culinario de repostería, cuyo plato elegido este año es el «bizcocho al gusto».

Amalia Estabén

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