Cada mañana se levantan antes de que se despierten los pequeños de la casa. La jornada empieza temprano para que cuando los niños se levanten tengan preparados la ropa y el desayuno. Con la maleta de los chicos a cuestas les acompañan cada mañana al colegio. Tras la campanada y con los alumnos en las aulas, la mayoría de estas mamás se toman un respiro en la cafetería de la esquina del colegio, donde se reúnen y hacen la tertulia entre cafés con leche y bocadillos. Ana, Mari, Conchi, Predes, Gabriela y María son un grupo de buenas amigas que desde hace años coinciden a la hora de dejar y recoger a los niños en el colegio.
No trabajan; bueno sí, son amas de casa y llevan adelante todo el peso diario de la familia, por lo cual su tarea es más que dura. Aseguran tener casi todas las faenas de la casa hechas antes de ir al colegio, e incluso alguna hace tiempo, entre comprar el pan, el periódico, las revistas de cotilleos o ir al supermercado o colmado más cercano, para poder recoger al nene en el cole y regresar a casa para calentar la comida y comer.
También es cierto que no todos los días tienen tiempo de hacer un poco de tertulia o tomar tranquilamente el café con las amigas. Pero bueno, intentan llevar de la mejor manera la jornada. Los días de lluvia, parece que la cosa no cunde tanto. Hasta los niños o quienes van en coche van más lentos. Las madres se levantan alrededor de las seis y media de la madrugada. Juana Mari tiene tres niños, tras arreglarse despierta a los pequeños y les da el desayuno. Intenta dejar la comida hecha la noche anterior, por lo que es más llevadera la mañana y así no se «pegan» las lentejas.
Julián Aguirre