Entre una cosa y otra, Can Gazà puede haber recaudado unos 18.000 euros en esta semana, si añadimos unos 6.000 (venta de tíckets y otros flecos) a los 12.000 que se consiguieron a través de la cena solidaria celebrada el pasado sábado en Fires i Congressos, con venta de «Prosas profanas», el premiado libro de Jaume Santandreu, incluidas diversas acciones solidarias organizadas en la Plaça d'Espanya, de Palma, y en sa Bassa, de Manacor.
En esta última localidad, Santandreu logró concentrar a numerosos vecinos, a los que pidió en la víspera, a través de la televisión local, que salieran a la calle, «en pijama o como sea, pero nunca desnudos, porque desnudos no podéis llevar la cartera a ningún sitio...». Y todo eso, según reconoce el cura de los marginados, «ha sido por obra y gracia de la Federación de Casas Regionales de Mallorca, que preside Encarna Pastor, que además de traducir al castellano mi libro 'Prosas profanas' y regalarnos dos mil ejemplares, de los que hemos vendido ya 1.100, y cuyas ganancias son para el centro, nos prepararon una exquisita cena a base de pa amb oli.
Pero, sobre todo, le hemos de estar agradecidos a que a través
de esta iniciativa consiguió que saliéramos a la calle y que la
gente nos conocieran más».
A la cena asistieron más de 600 personas, algunas llegadas desde
Manacor, al frente de las cuales se puso Margalida Cortés, regidora
de dicho ayuntamiento y miembro de Cruz Roja, «sin olvidar a la
consellera Rosa Puig, que estuvo con nosotros durante toda la
velada y que presentó mi libro; Margalida Ferrando, regidora de
Benestar Social de Cort; Cati Borrás, en representación del
Institut d'Acció Social; Toni Garau, presidente de Es Refugi, así
como alguno de los miembros de la directiva que preside; el editor
Lleonard Muntaner; el escritor Gustavo Catalá; Médicos del Mundo y,
sobre todo, mucha gente anónima que nos hace pensar que a Can Gazà
lo conocen mucho más de los que pensábamos».
Pedro Prieto