La Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transports del Govern, que dirige la popular Mabel Cabrer, será, finalmente, el organismo encargado de habilitar un servicio de autobuses entre Son Fuster y la Plaça d'Espanya durante el tiempo que duren las obras de soterramiento de las vías del tren y de construcción de una estación intermodal, que en principio será de dos años.
Representantes de la Conselleria han mantenido ya diversos contactos con varias empresas de transporte público de Mallorca, y en las próximas semanas tomarán una decisión sobre cuál de ellas cubrirá este servicio provisional, que permitirá a los usuarios habituales del tren llegar hasta Son Fuster en ferrocarril y continuar el trayecto, si ése es su propósito, hasta el centro de Palma en autobús.
La Empresa Municipal de Transports (EMT) de Palma era, hasta hace poco, la más firme candidata para cubrir este nuevo servicio, pero, en estos momentos, no cuenta con los medios necesarios para hacerlo, ni técnicos ni humanos, ya que en estos últimos meses ha pasado de realizar 230 servicios diarios a 254 servicios, lo que ha obligado a la empresa municipal a utilizar toda su flota de vehículos, sin dejar ninguno en la reserva. Sólo la compra o el alquiler con opción de compra -«leasing»- de nuevos vehículos por parte de la EMT, junto con la contratación de más conductores, podría hacer que la empresa municipal volviese a ser, en este caso, una opción a tener en cuenta por el Govern.
Por otra parte, la Associació d'Usuaris del Tren recogió ayer alrededor de 600 firmas en el marco de su campaña contra la interrupción del servicio ferroviario en la zona. El portavoz de la asociación, Guillem Ramis, que había recogido firmas por la mañana junto con otra persona en la estación del tren, denunció ayer la «intimidación realizada por once agentes de policía a instancias del gerente de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), Rafel Pons, que quería impedir que recogiéramos firmas».