El conseller de Turisme, Joan Flaquer, escuchó ayer como todos los portavoces de la oposición le pedían su dimisión por el llamado «caso Rasputin» -la presencia de una delegación oficial de Balears en un club de alterne de Moscú- durante el segundo debate sobre este asunto celebrado por el Parlament en una semana.
Si hace siete días, el debate se suscitó durante una comparecencia del conseller en una comisión, el de ayer se produjo en el pleno de la Cámara, el primer pleno del actual periodo de sesiones y que se inició con la promesa de Aina Rado, diputada del PSOE que sustituye a Joana María Seguí.
Del debate de ayer no surgió ningún dato nuevo que no hubiera trascendido ya; el conseller insistió en que con la dimisión del ex director del Ibatur, Juan José Alía, se habían asumido las responsabilidades políticas e insistió en no revelar los nombres de las personas que acompañaron a éste en su visita al club de alterne.
A las peticiones de dimisión de todos los portavoces de la oposición respondió el PP con una «felicitación» al conseller. El portavoz popular en este debate, Antoni Marí, subió a la tribuna de la Cámara para felicitarle por sus gestiones en Rusia y por la «repercusión positiva» de su política turística. Según Marí, el turismo ruso ha aumentado en un 50%.
Antoni Diéguez (PSOE) fue el primero en pedir la dimisión de Flaquer. Afirmó que ésta era ineludible, hubiera asistido o no al Rasputín. Según Diéguez, el propio president Matas debería haberle destituido. El president Matas llegó a la Cámara balear cuando ya se había sustanciado el debate, lo que llevó a Pere Sampol (PSM) a asegurar que el president había dejado solo a Flaquer en este asunto.