La imagen, la moda, el «estar bien» se cuida cada vez más. Las pasarelas, las grandes firmas, los nombres de diseñadores marcan las tendencias, pero luego son las tiendas multinacionales las que se llevan el gato al agua. Manda el precio.
El de la moda es un mundo en plena vorágine que continuamente cambia de temporada, de colores, de materiales. Y ahora con Internet y la globalización también cambian las formas de distribución y venta. Y en eso aparecen diseñadores que se mueven en un ámbito casi «underground». Sus nombres, sus marcas son conocidas en ciertos círculos que se mantienen lejos del «status quo» de las Cibeles, Gaudí y demás.
Jaime Vinyals es uno de ellos. Llevaba mucho tiempo con la idea de hacerse diseñador rondándole por la cabeza. Y no lo pensó más. Se fue a Barcelona, a los talleres de fabricación de ropa, y se puso manos a la obra. Tres meses después regresaba a la Isla con una marca, SuperCool, y con decenas de prendas. Como dice, «son prendas coloristas, sexys, ropa muy atrevida, una alternativa al uniforme. Es la ropa que a mí me gustaría encontrar en las tiendas y no encuentro».
Tolo Llabrés