MARGALIDA CAPELLÀ
Érase una piscina a una roca pegada, emulando a Quevedo. Servía
para disfrute del periodista Pedro J. Ramírez y familia, hasta que
el Lobby per la Independència descubrió que era de uso público.
Desde ese día Jaume Sastre, el líder del Lobby, embebido de
justicia y pueblo, pretende hacer valer sus derechos y bañarse en
este charco de lujo. Pero no le dejan. Se lo impiden guardas
jurados y guardias civiles. Reivindicando su servicio, el de la
piscina en cuestión, organizó en sus inmediaciones un pic-nic
multitudinario que no pudo realizarse porque el delegado del
Gobierno le denegó el permiso. Abrumado por las trabas, la mañana
del veinticinco de agosto, acompañado por un notario del Ilustre
Colegio de Balears, se personó de nuevo en sus aledaños. «Usted
proceda», le ordenó el notario de Son Servera. Se lanzó al mar,
Jaume Sastre, y a nado cubrió una porción comprendida entre la Cova
dels Coloms y sa Roca Alta. Con su proeza evidenció que una parte
de la costa, la que linda con la piscina, resulta inaccesible a
pie.
-Esto es la guerra, señor.
-No lo dude: una guerra a muerte entre forasteros y mallorquines.
Aquí hay un señor foraster, Pedro Jota, que cree que Mallorca es su
cortijo. Se trata de una lucha a muerte entre un elefante
pretencioso y unas hormigas rabiosas, hartas de recibir varapalos.
Esta vez, las hormigas responden con una nueva táctica, la que
tendría que seguir la Obra Cultural Balear. Bien está lanzar globos
para pedir lo que en justicia nos pertenece. Bien está aquello de
«rectifiqueu», pero ya basta.
-¿Entonces?
-Hay que pasar al ataque. Nosotros asistimos a los actos que
organiza la Obra, pero personalmente pienso que son de otra
galaxia. La mejor defensa es un ataque por sorpresa, audaz,
contundente. Los derechos se consiguen actuando con firmeza.
Nuestro rechazo a la piscina de Pedro Jota nos ha valido el
reconocimiento de amigos y enemigos. Esto ha sido un caramelo. Si
cada año nos surgieran dos perlas como ésta, el Lobby tendría miles
de afiliados.
-Me muero de curiosidad, ¿cómo descubrió el
apaño?
-A través de la revista «Telva». En su número de agosto, Àghata
Ruiz de la Prada enseña a los lectores su casa de la Costa dels
Pins. La bravegera mata. En el reportaje hay un componente
jactancioso, de nuevo rico. El que va fer la senyora és d'estufats
sense plomes. A ella, que precisamente presume de ecologista, le
hemos tenido que poner una denuncia porque echa las aguas sucias al
mar.
-¿Las del lavadero?
-Las de la ducha que hay junto a la piscina. También la revista
«Habitania» se hace eco de la propiedad mallorquina de Pedro Jota.
Y lo hace con titulares llamativos: «El arquitecto Paco Muñoz
diseñó una piscina cuyos márgenes se pierden en el horizonte
marino».
-Qué precisión la del autor del
reportaje.
-A Àgatha Ruiz de la Prada le ha perdido la arrogancia. Y la
arrogancia es el preludio de la derrota.
-Pienso y me asombro: ¿cómo pudo enterarse usted de tal
irregularidad urbanística a través de dos publicaciones que me
consta no ha leído en su vida?
-Tengo mis contactos. Los hay que creen que el Lobby somos dos.
Josep Palou y yo sólo somos la cabeza visible. El Lobby per la
Independència es como un iceberg del que sólo se ve la punta. En él
tienen cabida gentes de cualquier ideología política, lo cual nos
permite tener amigos en todas las formaciones. Personas que callan,
miran, escuchan y luego, bajo mano, nos hacen llegar todo tipo de
información sensible. En las revistas «Telva» y «Habitania» salen
planos de la casa mallorquina de Pedro Jota, sale todo. Por eso me
extrañó que el señor Socias nos denegara el permiso de la
concentración alegando que se tenía que preservar la intimidad de
los propietarios.
-Fijando fechas, la reunión lúdico familiar del Lobby,
trempó y gaseosa, estaba prevista para el catorce de agosto, a eso
del mediodía.
-El delegado del Gobiern.
-Pienso y me asombro: ¿cómo pudo enterarse usted de tal
irregularidad urbanística a través de dos publicaciones que me
consta no ha leído en su vida?
-Tengo mis contactos. Los hay que creen que el Lobby somos dos.
Josep Palou y yo sólo somos la cabeza visible. El Lobby per la
Independència es como un iceberg del que sólo se ve la punta. En él
tienen cabida gentes de cualquier ideología política, lo cual nos
permite tener amigos en todas las formaciones. Personas que callan,
miran, escuchan y luego, bajo mano, nos hacen llegar todo tipo de
información sensible. En las revistas «Telva» y «Habitania» salen
planos de la casa mallorquina de Pedro Jota, sale todo. Por eso me
extrañó que el señor Socias nos denegara el permiso de la
concentración alegando que se tenía que preservar la intimidad de
los propietarios.
-Fijando fechas, la reunión lúdico familiar del Lobby,
trempó y gaseosa, estaba prevista para el catorce de agosto, a eso
del mediodía.
-El delegado del Gobierno nos propuso que nos manifestáramos
delante de «El Mundo», en el Polígono, el mismo día y a la misma
hora. No quisimos entrar en su juego. Nosotros queríamos ir a la
piscina. Llegará el día en que, con los papeles en regla, nadaremos
en esta piscina. Juntamente con Pep Palou, tengo el proyecto de
publicar un libro, «Nedant a la piscina de Pedro J.», que
recopilará la polémica y analizará los silencios que se han dado
por parte de otros medios de comunicación.
-Que yo sepa ésta es la primera reivindicación de
carácter territorial que asume el Lobby per la
Independència.
-Nosotros luchamos por nuestra lengua y nuestra cultura. Y, si
hemos entrado en el tema del territorio, lo hemos hecho empujados
por la lengua y la cultura. Este señor, Pedro José, es el máximo
responsable de unas campañas furibundas contra el catalán. La lista
resulta interminable. Campañas contra los padres, maestros y
alumnos de la escuela de Son Sardina, contra los correctores de la
JAC, contra los estudiantes de la CEPC, contra el grupo de rock Toc
de Queda, contra el uso del catalán en la Seu, contra la revista
«Lluc»... Tanto le da embestir a un grupo de música alternativa
como a un canónigo. Sus ataques van dirigidos a todos aquellos que
hacen del catalán su lengua de uso habitual.
-Como yo, como usted, como los
mallorquines.
-En Mallorca, Pedro Jota se ha sentido como el virrey en colonias,
ha abusado de la hospitalidad y de la paciencia del pueblo. En
consecuencia, le hemos querido aplicar una sobredosis de su propia
medicina. Uno de nuestros lemas es «Segons respectin, respectarem.
Segons ens tractin, tractarem». Por lo tanto, éste es un «aviso a
navegantes». El Lobby per la Independència se enfrentará a todo
aquel que ataque nuestra lengua y nuestra cultura.
-Deduzco que no cabe la posibilidad de que el Lobby
denuncie cuanta piscina ilegal haya en la costa.
-Algo parecido nos formuló el capitán de la Guardia Civil de Artà
cuando fuimos a formalizar la denuncia. ¿Y por qué ésta?, quiso
saber. Le expliqué: no todo el mundo es Pedro Jota i si ens toca
els collons els hi tocarem. Lo entendió perfectamente. No somos un
grupo ecologista, pero queremos que se cumpla la legalidad y los
políticos han de velar por ello. La ley de costas no se cumple, y
nosotros en lugar de embestir a un pequeño propietario anónimo que
no nos ha hecho ningún daño, hemos elegido el pez gordo, por
aquello de que pegas a uno y escarmientas a veintiuno. Pedro Jota,
el periodista más influyente de España, el más poderoso, el gigante
de la comunicación, ha abusado de la discreción típica de los
mallorquines i ha trobat sabata de son peu.
-Aparte hay una cuestión personal.
Imagino...
-Cuando publiqué el libro «Conversa amb Gabriel Cañellas. L'amo en
Biel», «El Mundo» me masacró. Me machacaron fuerte, me dedicaron
cinco o seis primeras páginas. De nada les sirvió. Lo único que
consiguieron fue hacerme famoso. Ara, a Pedro Jota el tenim ben
agafat pels dallons i no afluixarem. Se lo ha ganado a pulso. Por
su parte, nos han puesto una querella por amenazas, coacciones y
asedio a domicilio, lo que, para mí, es una satisfacción, un
orgullo y un honor máximo. Que el periodista más importante de
España haya tenido que perder su tiempo con dos indígenas como Pep
Palou y yo es demasiado. Puestos a que te pongan querellas, que sea
un pez gordo el que te las ponga. Esperamos con ilusión el día en
que declararemos ante el juez.
-En todo este tiempo, ¿ha habido algún intento de diálogo con
ustedes por parte de Pedro J. Ramírez?
-Estaba dispuesto a recibirnos en el Polígono. Tururú. A nosotros
nos interesaba reunirnos junto a la piscina, que es un auténtico
escándalo. Se trata de una concesión de trescientos cincuenta
metros cuadrados de zona pública por la que paga dieciséis mil
pesetas mensuales de canon, porque Matas le hizo una rebaja del
noventa por ciento. Que la piscina es de uso público y gratuito ha
de q