MARIETA PINEDA
La ley anunciada el jueves por el Gobierno, que ayer rectificó al
reducir la propuesta a simple «reflexión», para impedir todo tipo
de descuentos en los libros de texto con el propósito de beneficiar
a los libreros, ha encontrado un fuerte rechazo.
El presidente de la Federación de la Asociación de Padres de Mallorca, Fernando Martín, comentó que «es bueno dar un apoyo a los libreros y necesario hacer una reforma que beneficie a este sector. Pero de ahí a que se fije un precio único eso perjudica de una forma muy considerable a las familias». Además, explicó que esta nueva ley, que el Gobierno tenía intención de poner en marcha a lo largo de 2005, «es muy incoherente, ya que va en contra de la Constitución, puesto que esta ley suprema dice que la educación es gratuita para la enseñanza obligatoria y por esta razón los libros de texto deberían ser gratis».
Gabriel Caldentey, portavoz del STEI-i, apuesta por «una política de gratuidad del texto» aunque entiende que se ofrezca una ayuda a los libreros, pero considera que esta no es la más adecuada ya que se benefician tan sólo unos pocos y se perjudica a la gran mayoría.
La familia Oliver, que tienen tres hijos, califica estas medidas como poco prácticas y muy drásticas. «Los libros de texto son de por sí muy caros y si a eso se le restan todo tipo de descuentos es casi imposible comprarlos». Los Morell, muy disgustados afirman que les parece muy mal, «esperamos rectificación».