Palma se dispone a vivir entre 2005 y 2007 otra profunda transformación con el soterramiento de las vías del tren desde la Plaça d'Espanya hasta la vía de cintura, con una longitud total de 1'5 kilómetros. Una inversión de casi 90 millones de euros por parte del Govern hará posible crear bajo el actual Parc de ses Estacions la estación intermodal de la ciudad, con capacidad para 30 autocares, la circulación de trenes por diez vías y un aparcamiento subterráneo de 400 plazas.
Ello obligará a levantar el Parc de ses Estacions, sólo cinco años después de su inauguración, y permitirá que el espacio ganado en el exterior (calle Jacint Verdaguer) se reconvierta en una vía con tráfico de vehículos.
La creación de una estación intermodal ha sido aplaudida por casi todo el mundo, pero esa conformidad se ve muy matizada por la falta de previsión que supuso inaugurar el Parc de ses Estacions, un fracaso reconocido por el propio Ajuntament, sin tener en cuenta las obras que ahora se van a acometer. Asimismo, durante los dos años que duren los trabajos de soterramiento, evidentemente el tren no llegará ni saldrá de la Plaça d'Espanya y será necesario habilitar servicios de autocares en Son Fuster. Para muchos, esta solución no es tal, representa una incomodidad y supondrá la «muerte del tren».
Otras opiniones apuntan a que la estación intermodal no es suficiente y que sería necesario crear otra en la vía de cintura para que los pasajeros de tren que se dirigen al aeropuerto o a la UIB, por ejemplo, no tengan que pasar por el centro de Palma para llegar a sus destinos.
Que la calle Jacint Verdaguer se abra al tráfico rodado de vehículos tampoco convence porque iría en contra del propio tren y no son pocos los que reclaman en este espacio un gran bulevar peatonal.