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Velando por el cliente

En Mallorca hay cerca de 280.000 camas turísticas que se encargan de hacerlas las camareras de piso, un oficio fundamental para el turismo

En Mallorca hay cerca de 280.000 camas turísticas. Cuidar de que todas estas camas estén listas para recibir a un nuevo cliente o para contentar al vigente es la obligación de las camareras de pisos. Un trabajo quizás poco reconocido pero de gran importancia dentro del mundo del turismo. Ultima Horaha visitado los hoteles Cristóbal Colón de Platja de Palma, Isla Mallorca, AC Ciutat de Palma y los hoteles Santa Ana y Nixe Palace de Cala Major, para realizar un pequeño homenaje a estas profesionales.
Pese a que «cada maestrillo tiene su librillo», el desarrollo de esta tarea es similar en todos los hoteles y establecimientos turísticos. Estas profesionales suelen trabajar desde las 7.00 a las 15.00 horas. A primera hora de la mañana, se encargan de limpiar las zonas comunes del hotel como la recepción, el restaurante, el bar... Posteriormente, cada camarera recoge el carrito de la limpieza y lo carga con la ropa de cama y toallas para el trabajo del día. Después suben al piso que le toca y se ponen manos a la obra.
Cada camarera se encarga de una media de entre 20 y 30 habitaciones diarias, dependiendo del número de habitaciones que tiene el hotel. Además, en algunos hoteles se ha recortado el personal de limpieza, por lo que ahora estas profesionales tocan a más habitaciones. Las tareas diarias dependen del número de salidas. La máxima de las camareras es saber cronometrar el tiempo utilizado en cada habitación para poder acabarlas todas. Así si se entretienen demasiado en una, deben agilizar en la siguiente. Las habitaciones que más tiempo requieren son las salidas, es decir aquellas que han sido abandonadas por el cliente antiguo y van a ser ocupadas por uno nuevo. En este caso, la limpieza se realiza a fondo. En cambio, las restantes se repasan normalmente dos veces a la semana.
Sobre los clientes más limpios, Dolores Castillo asegura que son los alemanes, mientras que los más sucios, sin lugar a dudas, los españoles. Las propinas más generosas vienen de la mano de los alemanes, que reconocen monetariamente la gran labor de estas profesionales.
Según Maribel Àlvarez, gobernanta del hotel Cristóbal Colón, para ser una buena camarera de pisos hay que tener «mucha paciencia y sobre todo saber tratar al cliente». Por su parte, Amparo Medina, gobernanta el AC Ciutat de Palma, dice que la prioridad de este trabajo es velar también «por las necesidades y el bienestar de las propias trabajadoras». Debido al esfuerzo físico que realizan diariamente, estas profesionales presentan dolores musculares y algún que otro problema en los huesos.


Samantha Coquillat

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