VIRGINIA CASADO
Cerca de ochocientas personas, entre miembros de la Plataforma Salvem La Real, de la Plataforma «Autovías No», independentistas y radicales, se propusieron como objetivo que la romería no llegara al monasterio. Y lo habrían conseguido si la veintena de efectivos de la Policía Nacional, incluidos antidisturbios, no hubieran prestado ayuda a los romeros que querían llegar al monasterio a toda costa. El primer obstáculo surgió en el cruce del Camí dels Reis, cortado por los manifestantes, donde la policía empezó a abrir paso a la comitiva entre empujones.
En el estrecho camino que conduce al monasterio de La Real, la comitiva encabezada por Catalina Cirer fue recibida con una fuerte cacerolada, protagonizada por varias decenas de vecinos, que increparon al equipo de gobierno municipal con gritos de: «Qui estima Mallorca no la destrueix» y «Salvem La Real». Manifestantes y romeros se unieron en la marcha hacia el monasterio, lo que provocó continuos momentos de tensión. Los efectivos policiales seguían abriendo paso a la alcaldesa Cirer. Entre empujones avanzó la comitiva.
La procesión se complicó aún más a las puertas del recinto del monasterio. Varias pancartas pertenecientes a las Plataformas de «Autovías no» y «Salvem La Real» adornaban la valla de entrada, con lemas como «El asesino vuelve siempre al lugar del crimen». Allí, otro nutrido grupo de manifestantes se plantó ante los efectivos policiales que abrían el paso a la comitiva para impedir el acceso a las 1.500 personas que integraban la romería. Se oyeron insultos como «asesinos» y «fascistas», lanzados contra la alcaldesa y su equipo de gobierno.