Más guapa y simpática que nunca, Chenoa llegó ayer a Palma con motivo del concierto que ofrecerá hoy en Felanitx, y saldrá al escenario cuando en el campanario de la localidad suene la medianoche. Bajo una nube de fans y abriéndose paso por la terminal de llegadas del aeropuerto de Son Sant Joan, la mallorquina nos confesó que viene con mucha ganas, «que se prepare Felanitx». La mallorquina tardó veinte minutos en recorrer diez metros, en el aeropuerto, los que la separaban del coche para atender a sus fans y es que sabe que ellos son su principal fuente de energía. Firmó autógrafos, se dejó fotografiar, recibió besos, piropos y muchos regalos, entre ellos fotografías ampliadas, un colgante de oro, collares y pendientes de Àfrica, Amanda y Triay. Además, el pequeño Christian le entregó un trabajo que los niños del colegio el CIDE, donde ella estudió, le han hecho con recortes de periódicos y revistas. Laura Corradini, na Chenoa, derrochó todo su cariño con los que la esperaban desde las ocho de la mañana en el aeropuerto. «El madrugón ha merecido la pena», dice una fan.
Y esta noche, en Felanitx, Chenoa quiere hacer lo mismo con todos los que asistan al concierto que el pasado año compartió con su pareja sentimental, David Bisbal. En esta ocasión con su segundo álbum, «Soy Mujer», Chenoa cantará en solitario, pero con el calor y apoyo de fans, madres, niños, amigos, vecinos de otras localidades y mucha gente joven que han llegado desde Madrid y Barcelona expresamente para disfrutar del concierto.
Vestida de blanco radiante con pantalones cargo fruncidos de abajo y camiseta de lycra con tirantes, Chenoa levantó pasiones. «Voy vestida muy ibicen- ca...¿no?». También comentó que tenía ganas de disfrutar del sol de Mallorca y aunque no irá ni a la piscina del hotel, sí se tomará un buen desayuno y leerá los periódicos locales, donde siempre le gusta ver las cosas que ocurren en su «casa». En plena gira y llegada de Salamanca, donde ha puesto en pie al público, este verano el escenario español tiene un nombre propio... Chenoa.
Julián Aguirre
(texto y fotos)