PABLO PERAL
Una pareja de Vilafranca ha visto cumplido el sueño que llevaba
esperando durante tres años, tiempo que ha transcurrido desde que
la familia Rigo inició los trámites para conseguir la adopción de
una niña rumana. Los problemas surgieron cuando Rumanía emprendió
el proceso para entrar en la Unión Europea, ya que se exigió
primero al Gobierno rumano resolver una serie de problemas sociales
con medidas que incluían potenciar las adopciones nacionales frente
a las internacionales, lo que redundó en un «cierre de fronteras»
para estos procesos.
Pero ésta no es la única traba con la que se han encontrado. La madre, María, sufre una minusvalía en la vista y esto ha sido un obstáculo a la hora de pasar las pertinentes pruebas para conseguir el certificado de idoneidad. Durante el cursillo de preparación de los futuros padres, la pareja tuvo que superar una serie de pruebas especiales para demostrar que la minusvalía de María no supondría un impedimento para atender a un hijo pequeño.
Pero ningún obstáculo fue suficiente para frenar las intenciones de Gabriel y María, y demostraron que perfectamente podían hacerse cargo de una niña. La Associació Illes Balears d'Adopció, también ha jugado un papel muy importante ya que tanto en la figura de su presidente, Ramón Rotger, como en el resto de la asociación, ha brindado durante estos tres años su ayuda a este matrimonio.
En cuanto obtuvieron el certificado de idoneidad, se pusieron en contacto con la Entidad Colaboradora en Adopción Internacional (ECAI), para que se iniciaran los trámites que les convirtieran en padres. Este proceso, que en circunstancias normales dura dos años, se ha alargado un año más debido a la compleja situación de Rumanía.