Ayer por la tarde, la reina doña Sofía, ejerciendo de abuela, se llevó a sus nietos a Marineland. Entrando en el parque acuático, y viendo que había fotógrafos, posó para ellos, cosa que no hizo al final, cuando terminó el show de los delfines, y una vez que visitaron la zona de pingüinos y al león marino que había nacido allí el pasado invierno.
Nos dio la impresion de que a la salida, SM propuso a sus nietos un juevo divertido: eludir a alguien, cosa que casi consiguieron. De cualquier modo lo encontraron muy divertido, sobre todo los más pequeños.
Y estaba claro que el objetivo a eludir éramos nosotros, los periodistas que aguardábamos en la salida, y con quienes los escoltas habían pactado las fotos. Su propuesta era la de situarnos frente a la puerta principal a unos 15 o 20 metros, lo que aceptamos gustosos. Incluso pusieron los coches cerca de la salida. Y no sólo eso: invitaron a unos curiosos que se habían situado a la izquierda de ésta a que se desplazaran unos metros.
Deprisa, deprisa
Cuando pensábamos que la Reina y sus nietos estaban a punto de
salir, los coches se movieron sin más en dirección opuesta a la que
estaban, y ante nuestra sorpresa aparcando el de mayor cabida
frente a la puerta de servicio del parque, de la que, deprisa,
deprisa, salieron todos. Está claro que quien mejor se lo pasó fue
Froilan, que de corta carrera, sin perder la sonrisa, ganó el
asiento de atras del coche, lo cual es hasta normal pues es el más
mayor de todos. Tampoco lo hizo mal su hermana.
En cambio, puede que el que más dificultades tuviera fuera uno de sus primos, a quien tuvo que ayudar un escolta a entrar en el vehículo. Finalmente, la Reina, una vez que comprobó que todos estaban dentro, se sentó en el asiento de delante, regalándonos una sonrisa a través del cristal. Estaba claro que al juego lo ganaron ellos, pues consiguieron casi eludirnos. Y a nada que se esmeren la próxima vez, lograrán despistarnos por completo.
Pedro Prieto
Fotos: Julián Aguirre