Oficialmente es una apuesta por «la proximidad». Eso quiere decir que las agrupaciones del partido socialista se conviertan en referente de las barriadas, de los colectivos sociales y de los simpatizantes que aún no militan en el PSOE.
Para ello, el re-electo secretario general del PSIB, Francesc Antich, anunció ayer que una de la prioridades de la nueva ejecutiva será Palma y que se tiene que conseguir una organización más operativa. La nueva organización se pactará con la dirección federal (Blanco anunció el domingo un plan estratégico de grandes ciudades que afectará a la capital balear) y con la ejecutiva de la Federación Socialista de Mallorca (FSM), que se elegirá el sábado.
La nueva organización pensada para Palma también es consecuencia de un análisis político y de equilibrio interno de poderes. Aunque el dirigente socialista no lo reconoció abiertamente, si lo admitieron otras fuentes del partido: el PSIB ha descartado totalmente volver a crear una estructura para Palma como la que se suprimió hace meses. No habrá agrupación única y las cuatro agrupaciones actuales se dividirán. La de Ponent, por ejemplo, podría dar paso a dos tres o cuatro. La de Llevant también se considera sobredimensionada. Tres de las cuatro agrupaciones de Palma están dirigidas por críticos, que han cuestionado la estructura regional del PSIB.