G. ALOMAR
Entre especiales medidas de seguridad, el puerto de Palma recibió
ayer la visita del destructor norteamericano USS Bulkslei con 303
tripulantes y en la actualidad alistado en la Sexta Flota. Esta
visita debía preceder a la del portaaviones nuclear George
Washington, propulsado por dos reactores atómicos, anunciada para
el próximo día 15 y anulada con posterioridad. Asimismo, la
presencia de este buque sucede a la del crucero espía lanzamisiles
Vicksburg que llegó a finales del pasado mes y fue la primera que
realizó un navío de este porte por parte de la USS Navy en varios
años.
La presencia de unidades de la Sexta Flota en el puerto de Palma se ve en la actualidad muy restringida por problemas de espacio, (ya que los muelles están saturados por la actividad comercial) y de seguridad, exigida por las autoridades norteamericanas, que requieren atraques de acceso restringido y vigilado. La entrada en vigor de la nueva normativa europea de control portuario ha favorecido en este aspecto dicho requisito, ya que el Dique del Oeste dispone en la actualidad de un doble control por parte de la Policía del Port y la Guardia Civil, sólo accesible a los usuarios con targeta magnética y visitantes autorizados debidamente acreditados. No en vano, un buque de guerra gemelo de este destructor, el USS Cole fue objeto de un atentado terrorista en Yemen con resultado de numerosas bajas entre su dotación. Desde aquella fecha, y sobre todo a raíz del 11-S, se han extremado las medidas de seguridad a todos los niveles. En el caso concreto del puerto de Palma, incluyen desde ayer y hasta el próximo miércoles la presencia de vehículos patrullas y lanchas de la Guardia Civil junto a buceadores especializados en vigilancia en inmersión y fondos portuarios.