La asamblea de militantes del PSM del próximo 3 de julio servirá para medir la fuerza real que tiene el sector crítico de los nacionalistas en la formación. De hecho, la mayor parte del sector oficial del partido quiso que fuera la asamblea quien eligiera a los miembros de la gestora, ya que ellos permitirá visualizar en número de votos los apoyos con que cuentan.
El debate sobre quién debía elegir la gestora tras la dimisión en pleno de la ejecutiva fue precisamente el que provocó más tensión entre las dos corrientes nacionalistas. La gestora estará formada por siete miembros que serán proporcional al número de votos que obtengan las candidaturas que se presenten. Para evitar esta imagen de división, dirigentes del PSM ya se han manifestado abiertamente favorables a tratar de consensuar la gestora entre ambos bandos en liza.
El ex secretario general del PSM, Mateu Morro, que seguirá en funciones hasta que se forme la gestora, insistió ayer en que ni él ni el secretario de organización, Joan Antoni Salas, participarán en el proceso de renovación interno de los nacionalistas. «A partir de ahora, todos somos renovadores», aseguró el portavoz del Grup Parlamentari PSM, Pere Sampol, en la rueda de prensa convocada para explicar los acuerdos de la ejecutiva. Sampol incidió en que la dimisión de toda la comisión ejecutiva deja bien claro que todas las sensibilidades del partido apuestan por la renovación.