Unas 300 impugnaciones de otras tantas papeletas, un olvido y el entusiasmo con el que arrancó la noche electoral de Unió Mallorquina (UM), llevó ayer a su presidenta, Maria Antònia Munar, a proclamar que su partido se consolidaba como «tercera fuerza política en Mallorca y Palma».
Munar hizo estas declaraciones en una tardía rueda de prensa (fue la última dirigente en comparecer) pero luego las aclaró. Dijo que había olvidado a Esquerra Unida y que una veintena de votos le separan del PSM en Palma y que puede robar la tercera posición al PSM en Mallorca.
La noche arrancó con un entusiasmo desbordante en UM. Partiendo de que no podía competir con los partidos estatales, el grito de guerra era que «estamos ganando al PSM». A la llegada de interventores y apoderados, era la pregunta obligada cuál era la diferencia con los otros partidos nacionalistas, concretamente con PSM y ERC.
La organización en la sede del partido de Munar -que llegó pasadas las diez de la noche- era perfecta. Hasta la llegada de Munar, era María José Rodríguez (candidata) la que más salutaciones recibía. Ella señalaba que la responsabilidad era muy grande.
Las elecciones eran en clave local para UM, en clave de pugna con el PSM y de ahí que atrasaran la comparecencia al máximo para poder señalar su victoria. Aún no desesperan. Los resultados oficiales se conocerán el martes.
La impugnación de papeletas (cerca de 300) tiene su origen en que éstas eran de dos tipos: las que UM remitió a los domicilios eran más pequeñas que las que se distribuyeron en los colegios electorales. Los servicios jurídicos de UM piensan que la Junta Electoral les dará la razón.