Los ciudadanos de Balears sólo pueden acceder a unas vacaciones en su propio archipiélago en temporada alta y a precios asequibles si fallan los principales mercados emisores internacionales, dado que los establecimientos de alojamiento contratan cupos de camas por encima de sus capacidades con los grupos turísticos y touroperadores europeos, y después nacionales, con el objetivo de optimizar sus ocupaciones y acceder a estancias más largas de las que podrían solicitar los ciudadanos baleares, más propensos a contratar fines de semana o puentes, según confirman hoteleros, agentes de viajes y representantes de touroperadores nacionales.
El turismo interior es la última opción para el sector de alojamiento balear y sólo recurren a él en temporada baja o media, principalmente en aquellos momentos en los que los hoteles registran bajos niveles de ocupación y les resulta útil volcar en los medios de comunicación incentivos de todo tipo, descuentos y ofertas que en algunos casos pueden llegar al precio que cobran al mismo mayorista, inferior al de tarifa por el volumen de clientes que aporta y para incentivar al máximo la demanda. Con ello, los empresarios pretenden incrementar sus ingresos en los periodos de baja demanda y al menos cubrir los costes fijos de explotación, aquellos en los que incurren por el simple hecho de tener su establecimiento operativo y que se consiguen a partir de ciertos niveles de ocupación.