«En la relación entre diseño y empresa el empresario cree que el diseño sirve para vender, y puede ser así, pero no es cuestión tan directa. El diseño es cultura, que si se hace bien, influye en la venta de una manera decisiva. Lo otro no es diseño, es enmascarar las cosas para que parezcan vendibles», afirmó ayer Antoni Arola, premio Nacional de Diseño 2003, poco antes de pronunciar una conferencia en el museo Es Baluard.
Arola, que inició su trayectoria profesional en el estudio de Alberto Liévore y Jorge Pensi, en 1990, ha realizado proyectos para empresas de la talla de Renfe, Repsol, Gas Natural y Derbi, entre otras. Su especialidad es el diseño industrial y el interiorismo. «El diseño está en plena forma», aseguró. «Está muy asumido por el gran público y no se le mira como a un extraño. Admiré a grandes diseñadores, todos fallecidos, pero cuando veo cosas qué hace la gente de hoy en día me quedo sorprendido de la cantidad de energía, ideas, y de ganas que hay». Arola colabora de forma habitual con Pati Nuñez, Peret y Javier Mariscal. Asimismo, ejerce la actividad docente en la Escola Eina de Barcelona. «Hace diez años había mucha menos producción», subrayó.