El Colegio de Fisioterapeutas de Balears retiró ayer la acusación de intrusismo y usurpación de funciones profesionales contra el quiropráctico Daniel C. poco antes de que empezara el juicio en el Juzgado de lo Penal 1. Los «fisios» solicitaban la clausura del establecimiento del quiropráctico, situado en pleno centro de Palma, la inhabilitación de ese profesional y una multa. El juicio, que iba a sentar precedente en la profesión, se suspendió, de forma sorprendente, al renunciar las dos acusaciones, el Colegio de Fisioterapeutas y un particular, ex cliente del quiropráctico y supuestamente «perjudicado» por su quehacer profesional.
¿Qué fue lo que hizo cambiar de idea a los fisioterapeutas? Según explicó a este diario Rafael Perera, abogado del quiropráctico, «el Colegio de Fisioterapeutas no quiso arriesgarse a que el juez resolviera el pleito con una sentencia absolutoria, porque entonces era dar vía libre legal a todos los quiroprácticos de Balears. Además, tampoco la fiscal acusaba, y por si esto fuera poco, esta misma mañana conseguí un informe de la Conselleria de Sanitat en el que se afirmaba que mi cliente desempeñaba las funciones de quiropráctico desde 1994 y que la inspección de su local no había revelado indicios de ninguna irregularidad. Era, entonces, una prueba fundamental para combatir los argumentos de las acusaciones».
Los quiroprácticos no están del todo reconocidos en España, aunque es una profesión común en el resto de países de la UE. No son perseguidos en el ámbito comunitario, pero sí, en ocasiones, en Balears. El decano del Colegio de Fisioterapeutas, Tomás Alias, retiró la acusación.