Catherine Zeta-Jones se reunió el pasado fin de semana con Michael Douglas y sus dos hijos en s'Estaca, donde se disponen a pasar gran parte del mes de junio, tras la finalización del rodaje de la última película de ella. Como les contamos días atrás, Catherine ya estuvo en Mallorca hace dos semanas. La vieron con Michael y Dylan comprando en el hiper de los Ocimax, donde causaron sensación. Fue dos días antes de que sorprendiéramos a su marido jugando con su hijo menor en un parque de Valldemossa.
Pues como les decía, los Douglas, con las maletas de Zeta prácticamente por deshacer, salieron a cenar, haciendo el viaje -tanto de ida como de regreso- en taxi. La primera parada la hicieron en el hotel Portixol (es Molinar) donde se tomaron el aperitivo. Ese lugar se ha puesto de moda en los últimos tiempos. Tienen un buen barman, Gustavo, que sirve unas excelentes copas. Además, allí daba la sensación de que se encontraban cómodos, pues la gente que había no les acosó en ningún momento. Además, se les veía felices. Michael, sobre todo, estaba que se le caía la baba.
Y es que motivos tenía, puesto que Zeta, que está atravesando profesionalmente un momento muy dulce, está preciosa. Muy delgada y muy guapa. Y eso que ha tenido dos hijos... que no serán los últimos, pues según declaró van a ir a por el tercero. Tampoco Michael está nada mal. Parece que al lado de Zeta ha rejuvenecido además de haber adelgazado algo. Sobre las nueve de la noche se pusieron en marcha de nuevo. El taxi tomó la dirección de Ciudad Jardín, así ya sabíamos adónde iban, al restaurante Casa Fernando, por lo que les adelantamos y les esperamos.
Pedro Prieto