C ada uno de los galardonados exhibe argumentos de peso para justificar la posesión del preciado Siurell. La cantante Chenoa, los empresarios Gabriel Escarrer y Santiago Pons, el gerente de Tirme, Àngel Fernández, y la presidenta del Club Elsa, Joana Walker, fueron los grandes protagonistas de una noche marcada por momentos especialmente emotivos. Chenoa, que no para de recibir premios y distinciones en su carrera profesional, lloró de emoción al subir al estrado para recoger su Siurell de manos del president del Govern, Jaume Matas. Como recordó Pere A. Serra ante el millar de invitados, «hace algunos años ella ocupaba un lugar secundario en esta gala de los Siurells (cantaba en la orquesta del Casino de Mallorca) y ahora es una de las premiadas». Fue una de las imágenes de la noche, pero no la única. La ovación del público a los premiados, el brazo en alto de Gabriel Escarrer mostrando, orgulloso, su Siurell, que no esperaba, el discurso del presidente del Govern, Jaume Matas, que tras destacar su satisfacción por el regreso de la fiesta y felicitar a los ganadores, pidió «un Siurell virtual» para Pere A. Serra por impulsar el museo Es Baluard, «un espacio recuperado para todos los ciudadanos de Balears gracias a la magnífica iniciativa de Pere Serra», también marcaron la noche.
La ceremonia, conducida con sobriedad y eficacia por Lina Pons y Joan Carles Palos, fue amenizada por la Orquesta Son Amar y las actuaciones del Dúo Flaix y los Céltics. El primero en subir al escenario fue el director de Ultima Hora , Pedro Comas, quien dio la bienvenida a los galardonados a medida que éstos iban recogiendo sus Siurells de Plata. La presidenta del Consell Insular de Menorca, Joana Barceló, fue la encargada de entregar el galardón al empresario del calzado menorquín Santiago Pons Quintana. Mientras tanto, y en medio de la ovación de los invitados, en uno de los vídeos centrales de la sala, se exhibían momentos estelares de la trayectoria humana y profesional del premiado. Después, subieron al estrado el presidente del Consell Insular de Eivissa, Pere Palau; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, para entregar los siurells al poeta Antonio Colinas; a la presidenta del Club Elsa, Joana Walker, y al gerente de Tirme, Àngel Fernández, respectivamente. El presidente del Govern, Jaume Matas, subió al escenario para entregar el Siurell a Laura Corradini, conocida popularmente como Chenoa, y la cantante argentina, que vive en Mallorca desde los ocho años, rompió a llorar mientras avanzaba hacia el estrado, sin ocultar la gran emoción que le embargaba. Los invitados saludaron con una salva de aplausos el gesto espontáneo de Chenoa, que dejó de manifiesto el gran valor que le concede al Siurell entregado por las gentes de su tierra de adopción.
Cuando todo parecía seguir el guión establecido, intervino Pere A. Serra para anunciar que había un siurell «extra», «para un destacado empresario de la hostelería, que desconoce que será uno de los premiados esta noche».
Tras pronunciar el nombre de Gabriel Escarrer se escuchó en Son Amar otra de las grandes ovaciones de la noche. El presidente del Grupo Sol Meliá, muy emocionado, levantó su Siurell y lo ofreció a los presentes. El premio quiso reconocer la enorme trayectoria profesional de un empresario que empezó de forma modesta, pero que ahora controla un auténtico imperio hotelero. Así lo entendió el público, entre el que se encontraban numerosos amigos y compañeros de fatigas de Escarrer en el sector turístico, conocedores, más que nadie, de las dificultades que entraña redondear una trayectoria empresarial como la que exhibe su paisano. En el turno de los discursos, Pere A. Serra quiso huir de los textos redactados con anterioridad y dijo a los presentes que iba a hablar «como lo siento». Recordó que la idea original de los premios Siurells de Plata, que se remontan a 1965, no es suya: «Su autor es Josep Tous y yo sólo me he limitado a continuar esa iniciativa de la forma más digna posible», dijo. Una vez zanjada esa cuestión, dio las gracias a Chenoa por «emocionarse hasta las lágrimas» y también a «Joana Walker y a todas las señoras que nos acompañan, porque sin ellas esta ceremonia no tendría razón de ser».