A mediodía de ayer, en el recinto de la Feria de Abril de Palma, y bajo un sol que se hacía sentir por momentos, se celebró la tradicional misa rociera, a la que asistió un numerosísimo público. Entre los presentes, bastantes señoras y señoritas con traje de flamenca y unos pocos caballeros de corto, además de media docena de caballos y una carreta. Oficiaron Julio González y Sebastià Feliu, este último, pater de la Hermandad del Rocío de Mallorca, que estuvo representada en el acto, además de por el coro rociero, por su presidente, Juan Antonio Torres, quien asistió acompañado de su esposa, también vestida de flamenca.
Asistieron también a la misa la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, que este año no lució el atuendo andaluz, aunque sí lo hizo su hija pequeña. También estuvieron el senador Joan Fageda, quien, junto Cirer, leyó las lecturas del oficio, y las regidoras María José Frau y Maite Jiménez, además del jefe superior de la Policía, Eduardo Pérez Extremera. Representando a los caseteros de la feria estuvo el presidente de la Casa de Andalucía, Pedro Anaya.
En el transcurso de la misa se recordó al obispo Teodor Úbeda, que falleció el año pasado, precisamente el mismo día en que se celebraba la misa rociera; a Enrique, persona muy querida en la Casa de Andalucía, y a José Caballero, alcalde mayor de carretas de la Hermandad del Rocío. Igualmente, se tuvo un recuerdo para las víctimas del terrorismo en general. Durante el ofertorio, y en nombre de cada una de las provincias de la comunidad andaluza, se ofrecieron hortalizas, por Almería; frutas tropicales, por Granada; boquerones y langostinos, por Cádiz; fresas, por Huelva; arroz y girasoles, por Sevilla; trigo, por Córdoba; moscatel, por Málaga, y aceite, por Jaén.
Pedro Prieto