Ayer, segunda fiesta de Pascua, fue fiesta en nuestra Isla. Si algunas localidades del interior lo celebraron con los típicos pancaritats a la vera de la ermita, muchos, en Palma, aprovechando el buen tiempo que hacía por la mañana, salieron a dar una vuelta, a solearse, a tomar algo o, simplemente, a hacer ejercicio.
Si las playas en toda Mallorca se vieron en cierta medida concurridas, no de bañistas, pues todavía la temperatura del agua es sólo apta para valientes, pero sí de gente tomando el sol tumbados en la arena o en la terraza próxima, el centro de Palma también. Sobre todo en la zona de la Seu y Parc de la Mar, donde los de aquí nos mezclábamos con los turistas extranjeros y la gente de la tercera edad que desde la Península ha venido a pasar la Semana Santa, así como el parque del Castell de Bellver, éste todavía un lugar por descubrir para la mayoría de palmesanos, sobre todo en días como el de ayer, que de ahora en adelante, y hasta que apriete el calor, habrá muchos, por lo que se convierte en lugar ideal para pasar el día de asueto entre pinos gozando de una vista espléndida sobre la bahía.
Pedro Prieto