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Editorial

La TV autonómica, un proyecto que genera dudas

El Consell Assessor de RTVE dará hoy luz verde al presupuesto y al plan de actividades de la televisión autonómica balear, un proyecto que ha despertado una gran expectación y muchos interrogantes. De hecho, el nombramiento de María Umbert como directora general del ente audiovisual ya ha estado envuelto por la polémica. Los partidos de la oposición temen que Umbert, ex jefa de gabinete del president Matas, pueda actuar más por criterios políticos que profesionales, como ha ocurrido siempre en todas las televisiones públicas. Los primeros esbozos sobre el diseño de la televisión autonómica balear están generado dudas. Umbert ha prometido una televisión de calidad, muy próxima, pero quedan muchas incógnitas. Si el objetivo de la futura televisión es cohesionar las Islas, la lengua que se utilice en la programación diaria no es una cuestión baladí. Hay que tener cuidado con los aspectos lingüísticos para no herir susceptibilidades, como ya ha ocuurido al declarar que algunas películas podrán doblarse al mallorquín. ¿Y qué ocurre con el menorquín, el ibicenco y el formenterense?

La emisión de películas tendrá un importante peso específico en la programación, aunque Umbert afirma que se emitirán en castellano por la imposibilidad de doblarlas al idioma propio de Balears. ¿Por qué ese interés en rechazar de plano las películas dobladas al catalán en su modalidad barcelonesa? No conviene olvidar que, modalidades aparte, el idioma propio de estas Islas y el que se habla en Catalunya es el mismo. Demonizar lo que durante tantos años ha sido tan bien acogido por los telespectadores de las Islas, a través de TV3 y Canal 33, es un error. Promocionemos, pues, los modismos propios de Balears pero sin marginar los de otras zonas de habla catalana.

Al margen de la cuestión lingüística, lo que urge es aclarar lo que va a significar la nueva televisión autonómica para los ciudadanos. ¿Qué ofrecerá que no esté ya a su alcance sintonizando otras televisiones estatales, autonómicas y locales y sin costar un euro al erario público balear?

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