Pese al tiempo frío y bastante desapacible, Son Ferriol vibró con la Fira Agrícola i Ramadera, que ya va por su edición número doce, a la que va unida la Fira d'Animals de Caça, ya en su séptimo año. Y es que esta feria ya ha alcanzado su mayoría de edad. Si la primera vez logró atraer a unas 5.000 personas, ayer se equiparó la cifra del año pasado de cerca de 180.000, lo que obligó a aumentar en metros su recinto, pues en esos doce años se han pasado de los 14.000 metros cuadrados a los 70.000.
También, aquel grupito de ocho personas que sacaron adelante la primera Fira se ha convertido en otro de más de cuarenta. En cuanto a sus carecterísticas, según nos explicaba Andreu Garau, presidente de la Associació d'Agricultors i Ramaders de la Part Forana, la Fira, que intenta mantener la misma línea desde sus comienzos, procura añadir algo nuevo en cada edición.
A lo largo del día de ayer, en el recinto, al que acudieron la consellera d'Agricultura, Margalida Moner, y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, con algunos de sus concejales (hay que decir también que se dejaron ver miembros de UM), se llevaron a cabo numerosas actividades, entre ellas, un concurso morfológico de cabras y ovejas, una exposición y un concurso de flores y plantas naturales, una exhibición de animales autóctonos y especies exóticas, de sementales de caballos de pura sangre, de trote, de ponis (nadie duda que el caballo sigue siendo la gran estrella de la Fira de Son Ferriol), una exhibición de la Yeguada Ferrero y una exposición de bordados y manualidades a cargo del Club de Persones Majors de Son Ferriol. Por supuesto, no faltaron los stands comerciales, entre los que se encontraba el del Grup Serra, atendido por amables azafatas. La Fira de Son Ferriol no se olvidó de los más pequeños, para quienes organizó fiestas infantiles, puso a sus disposición atracciones varias, payasos, castillos hinchables, juegos y ponis para que se dieran una vuelta montados en ellos.
Pedro Prieto
Foto: Click