El pasado jueves, el presidente del Govern, Jaume Matas, y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, anunciaban que las obras de soterramiento de las vías del tren de Palma empezarán en enero de 2005 y finalizarán dos años después. Se trata sin duda de una muy buena noticia, y no sólo para los habitantes de Ciutat, pues la construcción de una estación intermodal de trenes y autocares permitirá que haya una mejor comunicación entre Palma y el resto de municipios de la Isla. Además, la secular división de Ciutat en dos partes debido a las vías del tren quedará eliminada, lo que permitirá una mejor comunicación entre diversas barriadas que durante décadas han permanecido artificialmente separadas. El proyecto de construir un gran bulevar peatonal desde la Plaça d'Espanya hasta la Via de Cintura o la reestructuración circulatoria que se llevará a cabo en diversas calles para mejorar la entrada y salida de vehículos, son otros puntos positivos a destacar. El coste total será de 70 millones de euros, gasto que será asumido por el Govern. Matas anunció, no obstante, que tiene la intención de solicitar al Gobierno central que financie parte del proyecto, decisión que resulta muy necesaria teniendo en cuenta el elevado coste previsto. En cualquier caso, el haber decidido afrontar las obras en esta legislatura y no demorarlas, merece ser reconocido. El hecho de que el Parc de ses Estacions, inaugurado hace apenas cinco años, tenga que enfrentarse de nuevo a otra reestructuración, provoca, en cambio, una serie de interrogantes sobre el modo en que Cort planificó dicho parque años atrás. El proyecto de reforma de ses Estacions aún no ha sido concretado, pero cabe esperar que, al fin, dicho parque pueda convertirse en la zona verde que siempre desearon los palmesanos.
Editorial
Un proyecto necesario