Dos reclusos de la cárcel de Palma, Abrons Farock y Angelie Von
Zon, contrajeron matrimonio ayer al mediodía en los juzgados de
Ciutat. Ella, holandesa de nacimiento, y él, de nacionalidad
marroquí, tuvieron un fuerte flechazo amoroso en la prisión.
Abrons, estaba limpiando la piscina de la cárcel, hace 20 meses,
cuando llegó la joven Angelie recien llegada a las dependencias.
Las flechas de Cupido dieron en el centro del corazón y desde el
primer momento comenzaron a tener una relacción amorosa libre,
aunque en la prisión. Ella llegó a Mallorca y se puso a trabajar en
un hotel, por circunstancias de la vida hoy está en la carcel, al
igual que su novio. Ambos cumplen una pena que puede terminar en un
par de meses, puesto que Abrons está a punto de salir de la cárcel
de Palma y la bella Angelie será extraditada a su país, por lo que
cuando ambos estén libres podrían fijar su residencia en Holanda.
Nadie de las respectivas familias sabe la feliz noticia y ayer
frente al juez, Julio López Bermejo, que les casó, tan sólo se
encontraba un amigo de la pareja y un grupo de policías nacionales
que tras el enlace civil les trasladaron cada uno a su celda.
Angelie y Abrons estaban nerviosos y felices de convertirse en
marido y mujer, incluso los nervios e ilusión de Abrons hizo que
dijera repetidamente «Sí, quiero», antes de que el juez llegase a
ese inolvidable momento para los dos presos, lo que despertó las
risas y algunas lágrimas de Angelie. Tras el intercambio de
alianzas se fundieron en un apasionado beso frente al juez.
La novia lució un precioso conjunto pantalón-chaqueta color blanco
y cabello recogido. El ramo de la novia fue regalo de la abogada
defensora de los novios, Catalina Pou. Por su parte, el novio se
puso sus mejores galas, un traje oscuro y camisa.
En definitiva, uno de los días más felices de estos dos jóvenes
extranjeros, presos en Palma que prometen comenzar una nueva vida
en pareja, y dentro de unos meses, también en libertad formar una
familia y quien sabe si con niños a la vista.
Julián Aguirre (texto y fotos)
Un amor que no es libre
Una pareja de presidiarios, que cumple condena en la cárcel de Palma, contrajo matrimonio civil ayer frente al juez