La lluvia volvió ayer a Mallorca (en lo que llevamos de febrero no había caído ni una sola gota), y lo hizo en forma de copiosa nieve por encima de los 900 metros de altura en las cimas de la Serra de Tramuntana. La nieve cuajó y en lo alto del Puig Major alcanzó un espesor de 10-15 centímetros. La afluencia a las carreteras de Tramuntana para disfrutar de la nieve no fue excesiva, dado el carácter laboral de un martes, pero es previsible que las nevadas continúen, con mayor o menor intensidad, hasta el fin de semana, cuando sí se producirían caravanas para presenciar los todavía llamativos paisajes blancos en el Mediterráneo. Eso será si no se hace necesario cortar alguna carretera.
El descenso de temperaturas, aunque apreciable, no fue excesivo, entre tres y cuatro grados en toda la Isla como término medio. Sólo en lo alto de Alfàbia se registró ayer una temperatura mínima inferior a cero. Allí, la máxima fue de 4 grados. En Lluc, la máxima fue de 7 grados y la mínima, de 4. En Palma-Portopí, las temperaturas oscilaron entre los 7 y los 11 grados. Las máximas de Porreres, Port de Pollença y Portocolom fueron bajas: 8, 10 y 11 grados, respectivamente.
La nieve fue protagonista en la Serra, pero en el resto de Mallorca lo fue la lluvia, muy continuada, después de semanas sin una gota caída del cielo, lo que empezaba a preocupar a algunos agricultores. La máxima pluviometría se produjo en Lluc, con 47 litros por metro cuadrado desde medianoche hasta las 17 horas. Desde las 10.30 h. llovió ininterrumpidamente, según los datos del observatorio meteorológico del santuario. Le siguieron, en el mismo período horario, Port de Pollença (27 litros), Alfàbia (23), Portocolom (17), Porreres (16) y Palma-Portopí (10). En el aeropuerto de Menorca cayeron 6 litros y en el de Eivissa apenas llovió. Las precipitaciones fueron, en general, moderadas, en algún momento fuertes.
Joan J. Serra