Maria Antònia Munar fue reelegida ayer presidenta de Unió Mallorquina con el 81'6 por ciento de los votos totales del Congreso. La candidatura de Munar, en la que Damià Nicolau se estrena como secretario general en lugar de Bartomeu Vicens, obtuvo 363 papeletas a favor, 12 nulas y 77 en blanco. Los compromisarios no tenían la posibilidad de depositar papeletas en contra de la candidatura. En la candidatura que ayer obtuvo el respaldo mayoritario de los militantes de UM no entra ningún representante del sector crítico y se mantienen los pesos pesados de la formación nacionalista, como Bartomeu Vicens, Miquel Nadal, Maximilià Morales o Jeroni Albertí, que entra en el Consell Polític en su calidad de presidente fundador del partido.
Tras ser proclamada presidenta, Munar pronunció el discurso de clausura del congreso en el que defendió el pacto firmado en su día con el PP y al que incorporó claros gestos nacionalistas dirigidos al sector crítico, como la petición de reforma de la Constitución o las competencias sobre la Agencia Tributaria «ahora que, con la excusa de si es nene o nena, piensan abrir el debate sobre la reforma». Munar reconoció que en UM existe cierta preocupación ante el hecho de que el pacto con el PP pueda diluir la esencia de los nacionalistas, pero aseguró que los nacionalistas también podrían quedar diluidos en una oposición compartida con PSOE, PSM, EU y Els Verds. «Nosotros no nos vemos con pancartas en la calle, estando en contra de todo», afirmó Munar.
La presidenta defendió también el polémico proyecto de autovía Inca-Manacor y se preguntó si «merecen tanto ruido» quince metros más de ancho en 50 kilómetros de la red de carreteras de Mallorca. «La tierra es importante pero lo son mucho más las personas y por eso nosotros queremos hacer unas carreteras seguras», dijo. Munar explicó además que el pacto con el PP posibilitará que la Isla reciba importantes inversiones en infraestructuras, con lo que se compensará en parte la deuda histórica del Estado hacia las Islas. «No soy ni racista ni xenófoba y no quiero que ningún mallorquín lo sea», dijo la presidenta de los nacionalistas. Munar aseguró que hacer una constatación de los problemas que genera la inmigración no es xenofobia y añadió que la riqueza que produce la diversidad, también provoca a su vez colapsos en los sistemas educativos y sanitarios además de un consumo importante de territorio y de creación de nuevas infraestructuras. «Mallorca es un territorio limitado y no puede venir todo el mundo a nuestras islas», dijo.