El sector crítico de Unió Mallorquina ha presentado finalmente una enmienda que modifica totalmente el documento político con el que la actual dirección nacionalistas se presenta al congreso del próximo 13 de diciembre. La ponencia está firmada por los alcaldes de cuatro importantes municipios controlados por el partido nacionalista -Miquel Ferrer (Alcúdia), Josep Oliver (Sineu), Joan Sastre (Porreres) y Joan Cerdà (Pollença)-; por los cabezas de lista de Sa Pobla (Joan Comas) y Muro (Jaume Perelló), así como por Joan Monjo, número dos de la lista de Santa Margalida, y Josep Melià, ex conseller d'Ordenació del Territori del Consell.
La ponencia presentada se muestra muy crítica con la forma en la que la dirección de UM está gestionando el pacto con el PP. Admiten que UM tanto puede pactar con la izquierda como con la derecha, pero consideran que, cuando un partido deja a un lado su corpus ideológico «y se dedica tan sólo a conseguir el poder» podrá tener un espacio y unas funciones, pero no concordarán con su finalidad básica. «Cuando lo pactos no se hacen en función del proyecto, sino en función de la ostentación del poder como objetivo, se cae en la incoherencia y en el desencanto de la propia militancia», señala el documento. Los críticos de UM consideran que el problema no es con quién se pacta, sino qué se pacta y añaden: «Un pacto que desdibuje nuestro partido y que no quite todo el perfil político es un mal pacto por definición».
Desde esta perspectiva consideran un «imperativo categórico» marcan las diferencias y mantener el perfil propio. Señalan que el objetivo de UM no debe ser convertirse en un partido bisagra, sino en partido de masas. También consideran que, cuando un partido debe pactar porque no tiene los votos suficientes para gobernar está sujeto a posibles inestabilidades. Advierten de que, pretender tener una estabilidad «a prueba de bombas» en un pacto «puede querer significar quedar sometido a los designios del socio». Consideran, por ejemplo, que perder un competencia «es un coste que muchas veces hay que aceptar y rentabilizar». «Si no tenemos mejores resultados en gran parte es por falta de credibilidad y por falta de coherencia», señalan los críticos, que consideran que muchos ciudadanos no tienen una idea clara de qué quiere UM.